El Juvenil B recibió el gol del Nambroca en el minuto doce. No estuvo se jugó bien en el primer tiempo, aunque empataría en el minuto treinta y tres y rendondeó la cuenta el el segundo tiempo, para poner el 1-6 final a favor de los nuestros. Miguel Madero y Omar hicieron dos goles. Tras el descanso fue otra cosa, partido totalmente dominado por nuestro equipo que tuvo respuesta contundente en el marcador y en el juego, donde brillaron todos, con un centro del campo, dueño absoluto del balón. El equipo rojo se desangró por completo y fue incapaz de frenar el temporal que le sacudió. Miguel Rosa en un estado de forma espléndido metió tres de los seis goles y lideró junto a Porta, Madero y Dani la remontada. Viene partido difícil la próxima jornada y esperamos que sigan en la buena línea.
También empezó perdiendo el Infantil A en Ciudad Real, y terminó goleando 1-4, con los goles de Doncel, Gonzalo, Nicolás y Cayetano. Los chicos de Roncero no encontraron su sitio en los primeros compases del partido, lo que les costó el gol, fueron minutos insustanciales porque el balón apenas lo teníamos. A los veintiséis minutos llegó el empate, y dos después el una a dos. Fue a partir de aquí cuando dominaron por completo y así llegaron dos goles más en el segundo tiempo, tres puntos importantes que nos aúpan a la tercera posición, con unos números excelentes, cuarenta y dos goles a favor y quince en contra, segundo equipo menos goleado tras el Albacete. Además nos llevamos la alegría inmensa del buen partido realizado en su debut, dos jugadores del Infantil B, Izan Redondo y Grego Álvarez, que se unen a Pablo Medina que ya debutó en Albacete. Merecido chavales.
Perdonas, lo pagas. En el primer tiempo el Juvenil A se podría haber ido al descanso con un uno a cuatro, uno a cinco, perfectamente. Hasta cuatro ocasiones claras, mano a mano con el portero que no se ha definido. Cero a uno, gol de Javi, empate del Guadalajara dos minutos después. Dos a uno al inicio del segundo acto, y a sufrir. El equipo morado no presionaba con ferocidad, se alimentaba más bien de los errores ajenos, que le llevaron a tener el partido ganado, hasta que apareció Portaceli en los instantes finales para pegar un zapatazo a la escuadra y poner el 2-2 final. El empate no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario, aunque sí queda el amargo sabor de haber sido muy superior al inicio y no cobrarlo registrado con goles. Esto sigue siendo largo, queda mucho, y hay que trabajar señores. Vamos a ello.