Solo el Juvenil Provincial ha jugado esta semana partidos oficiales. Dos. Y dos victorias. Muy diferentes ambas, aunque al fin y al cabo, valían tres puntos cada una. Seis puntos más. El Jueves, Día del Padre, jugamos en casa, ante Recas, y les ganamos 2-1, aunque nos complicaron mucho las cosas. Nos pusimos 1-0 ganando en el primer tiempo, y después de que los requeños nos empataran, tuvimos que sacar todo el manual de fútbol para doblegarles. Jose Segarra, marcó los dos goles, no sé si le conoceis ya, porque ha salido tantas veces ya en éstas crónicas, que aún sin verle la cara, tendréis ya una idea de como es. Un "matador"del área. El sábado había partido grande. Contra el Illescas "bueno" en su campo. El partido empezó a un ritmo fuerte, el que imponía el cuadro sagreño, que quizá nos pilló un poco desprevenidos, pues fueron varias las acometidas en nuestro área las que tuvimos que soportar. Y llegó el gol en contra, uno cero para Illescas. Nos tocaron la fibra. Jose, del que hablamos antes, en dos jugadas eléctricas de contragolpe, provocó en su marcador dos tarjetas, la primera por una falta cuando se escapaba solo a la portería, y la otra después de girar y girar con el balón cosido a los pies, con el defensa detrás dando vueltas como un gato intentando morderse la cola, y que terminó mareado como si se hubiese bajado de una noria de feria después de dar cien vueltas, hasta que tuvo que agarrar a nuestro delantero y así adjudicarse la segunda tarjeta amarilla. Roja y uno menos. Jose empezaba a aparecer. El partido debía estallar en la segunda parte. Y lo hizo. El partido estaba en llamas, porque el equipo que vestía el uniforme naranja empezó a jugar, en pleno, y a tocar, y a moverse. Al Illescas se le vino un huracán encima, de juego y goles, y no acertaban a cerrar puertas y ventanas, porque las puertas y las ventanas habían volado por los aires, y se tuvieron que resignar empapados por el torrente naranja que les cayó del cielo, y vimos como los jugadores blancos, paraban y contaban con los dedos de sus manos jugadores naranjas, pues pensaron en algún momento que estos, eran más de once. Es más, alguno de ellos seguía con la mirada al número 17, y estuvo a punto de protestar porque creyó ver más de un jugador con ese número. No, solo había uno. Era Jose Segarra, Corazón de Dragón, que ayer marcó 5 de los seis goles, que junto con los dos del dia anterior, suma ya 32 goles en la liga. Muy cerca del lugar de este partido, unas horas antes, el Prebenjamin "A" de la Escuela de Fútbol Odelot Toletum, había ganado 1-7 en Carranque, en partido amistoso. Nada raro, si no fuera porque lo hicieron ante un equipo Benjamín, es decir, mayores que ellos uno y dos años, ofreciendo una exibición de juego. La gente de este pueblo se sorprendió más todavía al final del partido, al saber que los nuestros eran prebenjamines, pues pensaron durante toda la mañana que jugaban contra niños de la misma categoría. El uniforme naranja es para llenarlo de orgullo. Y estos dos equipos, Juvenil Provincial y Prebenjamín "A", ayer lo hicieron.