Antes muertos que sencillos

La leve lluvia marcó los primeros compases del partido y nos revelaron que el encuentro iba a ser rápido. El Juvenil A, perdió 1-3. Había que estar a la altura de estas circunstancias, difíciles ya de por sí en un campo pequeño como el nuestro, que nos perjudica digan lo que digan, donde el rival se siente cómodo al plantarse ordenado y a esperar si algún pelotazo les ilumina. El Mora hizo eso, consiguió los tres goles con tres patadas a seguir a su mejor jugador, y se encomendó a la fortuna, que les sonrió, pues el primer gol fue un centro desde su ataque derecho que tras pegar en el culo de uno de nuestros centrales, se le quedó a su delantero en los pies, para empujar. Los otros dos goles de los morachos fueron algo parecido, más concesión y regalo con lacito nuestro que mérito suyo. La losa del cero a tres fue muy pesada, demasiada. Aún así, los nuestros tocaron, llegaron y tuvieron ocasiones para haber anulado la desventaja de los blancos, pero si hay algo que penaliza a un equipo es crear, llegar, e indultar al rival. El gol de Rubén no fue suficiente, porque al igual que en la jornada anterior, se perdonó. Este equipo resistirá y resurgirá, no son dudosos, porque tienen agallas y carácter. Orgullo. Antes muertos que sencillos, y muertos no están desde luego. Son feroces, y heridos, muy peligrosos.

 

El Juvenil B es un grupo joven, el más lozano de la categoría. Y resistente. Y futbolero. Es un equipo con una firmeza enfermiza contra el patadón. Su fútbol es por momentos admirable, aunque los riesgos a veces sean suicidas, jugar la pelota por encima de todo requiere precisión y concentración, pero al final el método es meter un gol más que el rival como objetivo. Buena filosofía y muy buen plan. El Camarena fue un equipo distinto al que nos enfrentamos en pretemporada, mucho más rodado, más trabajado, con un gran entrenador, Rumal, que creció jugando y aprendiendo en nuestra escuela. Su propuesta fue firme y atrevida, por eso mantuvo a los suyos vivos hasta el minuto ochenta y dos, cuando nuestro quinto gol desarmó sus planes. El resultado fue 5-3, al igual que podría haber sido seis a cinco o tres a dos. No será fácil ganar a este equipo, os lo aseguramos. A la cita con el gol no faltó Zapero, que metió dos, Álvaro otros dos y Andrés que metió un zapatazo de los suyos, misil tierra aire tierra. Seguimos.