Pues sí, hubo espectáculo. El partido entre Padres y Entrenadores no defraudó a nadie, volvió a ser un choque intenso, considerables destellos de calidad, con mucha finura técnica en todas las acciones, en los pases milimetrados al pie y en sus controles reconocidos, gran labor de las piernas de los protagonistas. La diferencia en el marcador final, 3-8 a favor de los entrenadores, la selló el aspecto físico en el segundo período porque las fuerzas abandonaron los músculos de los padres, quedando a merced del enemigo cual tanque sin cañón.
El inicio del encuentro fue un ejercicio de ver, mirar y esperar. Estudiarse uno a otro, sin correr riesgos, sin pases de tacón ni filigranas, tratando de no cometer cualquier error que el rival pudiese aprovechar. Fue allá por el minuto 25 cuando se abrieron las hostilidades, después de que los entrenadores abrieran el marcador tras una buena jugada elaborada, preparada con esmero y finalizada con elegancia. De aquí al descanso se desató la improvisación, la imaginación, hasta llegar con un apretado 2-3 para los técnicos. Lo del segundo tiempo ya lo hemos contado.
Gran tarde de fútbol y convivencia, que culminó con la tertulia, los comentarios de las mejores jugadas, amenizadas con cerveza y migas, mezcla idónea para recuperar fuerzas y autoestima.
Qué grandes somos en Odelot !!!