El resultado del Juvenil ante el Novés, 0-0, es una tapadera, algo así como el cartel de un hostal barato o de una relojería clandestina que esconden en sus sótanos una partida de póker. Sin habitaciones ni relojes. Cualquiera que viera el partido en campo de tierra penoso, con más baches que un camino de cabras, sabe que ese resultado fue un décimo de lotería premiado para los locales y un castigo severo para los visitantes. Posiblemente si hubieran estado jugando hasta las doce de la noche el resultado hubiera sido el mismo, aunque deberíamos haber ganado el partido si quien lo dirigía no se hubiera distraído en mirarse constantemente la sombra, mientras ignoraba dos manos claras en el área del Novés en los cinco últimos minutos. Mal partido el nuestro, pero merecedor a pesar de ello de los tres puntos. Hay que seguir luchando, pues esto es un maratón, ya lo sabéis chicos.
A base de entrenar se pueden mejorar aspectos técnicos y tácticos, pero el talento resulta incultivable. Y ese componente de talento lo tenemos en el Infantil Regional en forma individual y colectiva, como nos demostró ayer, “bailando” en el primer tiempo al Salesianos de Guadalajara, aunque fuese en el segundo acto cuando se resolvió el resultado, 3-1, sin sobresalto alguno. Lucas metió uno de los goles, y participó en el de Gabri y sobre todo en el de Álex Fernández, tras un pase de jugador grande.
Volvió el ánimo, la actitud y el músculo al Cadete Regional para vencer al Salesianos de Guadalajara por 3-1, goles de Carlos, Adrián y Salinero, tanteador demasiado corto para los méritos contraídos de unos y otros. Pero son tres puntos, que es lo que vale. Aunque el juego de los nuestros no levantó pasiones, sí nos trasportó a la realidad de ésta liga, donde la apatía y la desidia te castigan a la mínima. Mentalizados para superar estos dos estados de ánimo dañinos, los cadetes salieron con el cuchillo entre los dientes para ganar sin agitaciones, algo que les hubiera valido para ganar también la semana anterior. Músculo y talento, un cóctel de garantías.
Muchos duelos Toledo-Odelot en el Torneo de Cobeja, donde les ganamos dos de las tres finales de enfrentamientos directos. La Final que perdió el Alevín “A” combinado con el “E” fue cuestión de estrategia, pues un córner y una falta fue el desenlace de un partido donde tuvimos el balón más allá del 70%. El Benjamín “A” venció una de esas finales al Toledo, 1-3, con más claridad en el juego que en el marcador, y con la cómoda sensación de no pasar apuros. Parecidas vibraciones nos ofreció el Prebenjamín “A” imponiéndose al Toledo también en la Final, 0-1, demasiado poco para lo mucho que hicimos, aunque suficiente para recibir el premio a la superioridad demostrada.
Enhorabuena chicos.