EL MIEDO DEVORADO
Ya no había red para el trapecista. Al final del alambre estaba la salvación para escaparse del vacío, del desengaño y de la temporada perdida. Había que resguardarse de cualquier descontrol y evitar el precipicio para sobrevivir y engañar al error. La consigna era huir del fracaso con carácter y atrevimiento. Y presionar, presionar y presionar. En la primera media hora de juego, el Juvenil A ya había metido dos goles, vía Ayoub y Guijarro, y sumó tres oportunidades claras de gol. Asfixió al Azuqueca en la salida del balón, ahogó su ventaja de local corriendo como nunca y echando el aliento en el cogote de su rival. Y se asoció. Se juntó. Ayoub de nuevo en el minuto 37 puso el cero a tres casi definitivo. En el segundo tiempo había que seguir sin retirar jamás el pie, achuchando. Y nuestros chavales apretaron, vaya si apretaron. Gallego marcó a los 8 minutos de la reanudación tras un robo en área contraria, despejando ya el camino. Tal vez víctima del cansancio, el equipo rojinegro se entregó y rezó para que el partido acabara, pero no pudieron evitar que los naranjas siguieran rompiendo cadenas organizados desde atrás por Granados. A media hora del final Labrador metió el quinto y justificó su aptitud, la de gran jugador. De aquí hasta el final no había nada más que nadar y guardar la ropa, tocar y tocar, esperar el pitido final. Y de pronto en el minuto 82 tras un disparo que no ataja el portero azudense, aparece por la zona el depredador Cristian para recoger el rechace y meter el 0-6, que sin duda mereció. El miedo fue devorado y el objetivo superado gracias a los ya nombrados y también a Alberto Díaz, el pulmón, y a Borja, Carmena, Álvaro, Cancela, Rubens, Víctor Álvarez, Bonilla, Manu y Samu. El partido superado por el atrevimiento, la templanza y la mano de un excelente entrenador, Raúl Madrid, un valiente que ha sorteado miles de dificultades, ayudado por Víctor Hernández y Mario Alonso, humildad a su servicio. Qué grandes!!
EL TRONO NOS PERTENECE.
El Alevín A es el Campeón de la Primera División. Con certificado de garantía. El Mora A, un más que digno finalista, asimiló que no se puede luchar contra el viento ni aunque te llames Huracán, y que no es suficiente con tener un extraordinario ejército para vencer la guerra. El triunfo en una Liga como esta, resplandece en lo alto, envuelta de un aluvión de sonrisas y de un chaparrón de gestos alegres. Lo merecieron. Los chicos de Maxi al inicio no hallaban las respuestas a las preguntas del examen, no encontraban espacios para perforar la defensa moracha, y tuvieron que sacar el tiralíneas, la regla y la escuadra para encontrar el gol. Cuatro de los cinco goles del partido fueron de estrategia, algo que dice mucho de la gran preparación de ambos equipos, de su laboratorio, de sus técnicos. El resultado final de 4-1 tal vez pudo ser excesivo, porque el Mora estuvo de pie hasta el final, y sobre todo en el primer tiempo, donde resultó ser un equipo atrevido al que le faltó ese aire necesario en el segundo, donde los nuestros se encomendaron a su mejor físico y a su enorme calidad, para crear espacios y conectar el talento a la eficacia. Enhorabuena al entrenador anteriormente nombrado, y a Adri, Grego, Mario, Izan, Guillermo, Jaime, Ismael, Carlos López Martín, Nacho, Carlos López Cuartero, Pablo, Andrés Hijosa, Héctor, Andrés Maganto, Tape, Méndez, Pelles y Héctor.
Gracias chicos. Y gracias a las madres que os parieron a todos, chupetines, prebenjamines, benjamines, alevines, infantiles, cadetes y juveniles.
Felicidades MAMÁS !!!!!!