El Juvenil A se impuso a los rojiblancos conquenses 2-1, con goles capitanes, Labrador y Granados, como no podía ser de otra manera, dedicando tan importante victoria a Miguel Guijarro, un tío auténtico, sincero, directo, bonachón y campechano, que lo vio desde una Tribuna de Honor, reservada a las grandes personas, sonriendo y soltando algún chascarrillo de los suyos, provocando en los demás esa risa espontánea. Esta victoria está dedicada al padre de nuestro jugador Oscar Guijarro, que se fue el pasado martes, desgraciadamente, a un viaje sin retorno, a un lugar desconocido, sin haber sacado billete por su cuenta. Qué vida más injusta !!
El destino y el talento concedieron los tres puntos a los naranjas, de negro ayer. Hubo momentos en que parecía que el Pedroñeras tocaba música clásica sobre la cubierta del Titanic sin importarle que este se hundía, algo lógico viendo su situación en la clasificación. El equipo rojiblanco sin nada que perder ya, corrió, peleó y consiguió empatarnos un partido cómodo que ganábamos uno a cero. Tal vez el exceso de confianza, o quizá el miedo a no ganar, condujo a los nuestros a unos minutos de confusión, de cierto desorden, que despertaron dudas entre ellos mismos, incluso conscientes de lo que se jugaban. Una vez que encajaron el golpe, se levantaron, lucharon y sufrieron, y se armaron de valor hasta que el fútbol premió al equipo que puso mucho empeño y más corazón, porque quería ganar a toda costa, más allá de los tres puntos, con el compromiso y el objetivo de brindar el triunfo a una gran persona.
Desde Odelot, nuestro abrazo enorme para Mari Carmen, Jorge, Gonzalo, Óscar y Miguelillo. Estamos con vosotros