El prestigioso Torneo Juan Gómez “Juanito” que se celebra como cada año en Fuenlabrada, fue un buen escaparate para algunos de nuestros equipos, que sin rodaje prácticamente, ofrecieron una excelente imagen de lo que significa nuestra Escuela de Fútbol Odelot Toletum. El Cadete A perdió 2-1, pero los del Gallego plantaron cara al Rayo Vallecano, le jugó durante muchos minutos de tú a tú, con el significado que eso tiene, y después venció a la Escuela AFE, 0-2, gran equipo, gran Escuela de Base. Algo parecido ocurrió en la categoría Infantil, donde los chicos de Roncero pusieron en apuros durante muchos lances al Rayo Vallecano, que nos ganó 2-0 al final. Contra la AFE vencimos 0-3 en un excelente partido.
Poco pudo hacer el Alevín A ante el todopoderoso Real Madrid que nos goleó con facilidad en el primer choque, y contra el Móstoles, eso sí, en un partido más equilibrado que se llevó el que más acertó. Tampoco tuvo muchas opciones el Benjamín A de Toni, que se presentó con bajas al torneo, ganando uno de sus tres partidos, al igual que el Prebenjamin A que llegó a semifinales, para salir derrotado ante el Móstoles, 3-1, y ante el C.D. Leganés en el tercer y cuarto puesto, 2-1.
El Juvenil A dominó y pareció mejor que el equipo local, Sporting Alcázar, pero estos últimos se llevaron los tres puntos, 2-1, porque aprovecharon sus ocasiones, Nuestro equipo pecó de falta de ambición, quizá porque se vio superior técnicamente al rival, sin tener en cuenta que en esta liga no vale ser mejor con el balón si vas al tran tran, y sin morder. Tras fallar hasta tres ocasiones claras, los naranjas, de negro ayer, concedieron un contragolpe de los rojos, que sí aprovecharon la opción de gol para adelantarse en el marcador. Mucho premio para poco merecimiento, pero aquí solo cuenta cuando la pelotita entra. Uno a cero y al descanso.
La iniciación del segundo tiempo fue insospechado porque el Alcázar salió a morder como si fuesen perdiendo y los nuestros se vieron desbordados por todos lados, sin coger ritmo y achicando agua por muchos sitios. Solamente cuando el marcador se nos puso más cuesta arriba, dos a cero, hubo reacción, pero el gol de Rivero en el minuto 89 llegó demasiado tarde, porque el equipo ciudarrealeño sólo tuvo que temporizar, manejar el descuento con tirones y contracturas de sus jugadores para ganar el partido.
No queda otra: Trabajo y trabajo.