EL PARTIDO DE LA JORNADA.
Mientras Diego curaba cicatrices en la rodilla operada, Raúl Madrid, lujoso sustituto, entrenaba con ellos. Veinte horas después, el primero, muletas en mano, contemplaba como se ejecutaba el buen trabajo anterior realizado a la limpieza de impurezas articulares, de retoques de cartílagos incómodos. El talento del Prebenjamín B quedó al descubierto, logrando cuatro puntos efectivos. El rival, el Toledo, fue zarandeado en el resultado, 1-4, y vapuleado en el juego. Alex López, Iñigo Jiménez, Jaime Jerez y Nicolás González, goleadores. Nuestros nenes brindaron los “otros” puntos, los afectivos, a su entrenador, como no podía ser de otra manera, y nosotros dedicamos éste espacio para todos ellos, unos y otro, como merecen.
En el fútbol, en el día a día, en los entrenamientos, hay que estar armados de actitud, esfuerzo, personalidad y sufrimiento. Y ante todo de compromiso. Esto es un juego colectivo, que no permite que te distraigas mirándote la sombra. El Infantil Regional perdió entre el frío, la lluvia y el viento, 4-2, ante el Salesianos de Guadalajara. Djibril y Torija, los goles. Mención especial para todos los que allí estuvieron, los que sufrieron, los que defendieron una imagen, los que se mojaron.
Apretada victoria del Juvenil, 1-0, Álex González, ante el Nambroca. El partido, feo, raro y empalagoso. Los tres puntos, lo mejor. También así de apretado, de feo, de raro, estuvo el partido del Cadete B ante la UD.Talavera, 1-0, gol de Blas. Mereció mucho más el Cadete Regional en su búsqueda de la salida de emergencia, ante el Salesianos Guadalajara, 1-1, gol de David Gómez, porque tuvo más llegada al área y más ocasiones. Superado en el primer tiempo por el fuerte viento y la lluvia, en el segundo la poca fortuna y los postes impidieron su victoria. Injusta totalmente la derrota del Infantil B ante el San Prudencio, 1-2, porque fueron mucho mejores, con más posesión y control. No sirvió el gol de Diego.. Los despistes se pagan, y el premio que se llevaron los talaveranos, un regalo.
La falta de gol también fue otro obstáculo impertinente para el Alevin A, que empató 1-1 ante el San Prudencio debido a la distancia que tuvo entre los disparos y los aciertos. Sólo Miguel Rosa acertó. Los alevines arrasan, huelen a colonia auténtica, como dicen los resultados y los números, pues entre los cinco equipos han metido 45 goles, encajando 12, consiguiendo muchos puntos. Afectivos y efectivos.