EL ESPÍRITU NARANJA. (15-02-2009)

Tres derrotas dolorosas ha sufrido Odelot-Toletum  este fin de semana. El resto ha sido positivo en cuanto a resultados. La que más nos duele es la de los pequeñines del Prebenjamin B que perdió ante el Villaminaya, y es que la perspectiva era tan buena, que no habiamos caido en la cuenta de que luchan siempre en las mismas condiciones que luchó David contra Goliat, Son tan pequeños que ni siquiera les vale su ilusión y su desparpajo en partidos como el de hoy. Es igual, estos ganan siempre. Las otras dos derrotas han sido injustas, muy injustas, porque se han producido en el último suspiro. De penalty perdió el Alevín B (3-2) con el Toledo A, además ni siquiera el árbitro femenino tuvo el detalle de dejarles sacar de centro, pues pitó el final del partido antes incluso de que el balón tocara la red. No merecieron este castigo, como tampoco lo mereció el Benjamín C, que perdió 3-2 ante el Recas en la última jugada, creemos que en el minuto 300, después de haber jugado muy buen partido. Pero esto se llama fútbol, y es ingrato a veces. Ganaron el Prebenjamin A (7-0), sin ninguna dificultad a la espera de batallas más duras,  el Benjamin A (9-2), con mucha solvencia, el  Benjamin B (4-1), que podrían haber sido muchos más, el Alevin A (6-1),  al Toledo B con un gran juego y con autoridad, el  Infantil A (2-0) sin brillo pero con enorme efectividad y el Cadete A (3-0) , con una tranquilidad que  a veces parece sospechosa, y deben saber que en el último arreón que les queda en la liga deben meter otra velocidad. Empató el Benjamín D, y siguen con la buena racha, con un enorme mérito. ¿Y el Infantil B?….Pues perdió,  pero ganará el partido si se hace justicia. El Bargas A,  se presentó al partido con siete jugadores "sospechosos" deportivamente hablando, ya que cinco de ellos no tenían DNI. y dos no estaban ni siquiera inscritos en la relación de jugadores. Una Escuela como la de Bargas debería cuidar estos detalles. Las normas son las normas y lo sentimos profundamente por los otros nueve jugadores del Bargas que sí cumplieron con su obligación. Terminamos con los juveniles, pues sus partidos son estimulantes sobre todo. En Alameda de la Sagra vivimos con el Odelot-Toletum Provincial un partido intenso, con todo tipo de detalles que se pueden dar en un encuentro de estas características. En un terreno de juego de tierra, muy duro, pero en buenas condiciones, nuestros chicos tuvieron que ponerse el traje medieval para resistir las acometidas de un rival agresivo, pero deportivo, para terminar con un golpe definitivo que distingue a los buenos luchadores, cuando el contrario había agotado sus fuerzas. Fue 2-3 el resultado  final, porque supimos administrar la distancia de goles hasta el final. Marcaron los goles Jose, Mario y Alex. Pero estuvieron también y de notable,  el míster Valentín, y Adán, Alejandro, Murfy, Rubén, Fran, Guille, Gelete, Dani, Alberto, David, Javi,  y un gran lateral, humilde y trabajador, de nombre Pablo. En el partido del Odelot-Toletum Nacional ante el Alcázar, que ganamos 2-0,  vimos como los ciudareleños nos dominaron durante los veinticinco minutos intermedios del primer tiempo, aunque nos fuimos al descanso ganando con un gol de Adrian Martínez. En la segunda parte después de un dominio alterno, Alberto López "Pape" resolvió todas las dudas y activó un balón que parecía deshinchado y con un par de regates y un disparo ajustado desde fuera del área finiquitó el partido. Lo que vino después fue sonrojante. Patadas y patadas y más patadas de los muchachos del Alcázar. Me temo que la culpa y la responsabilidad debería recaer en su totalidad para su entrenador, que había sido expulsado anteriormente por protestar sin razón jugadas intrascendentes, intentando justificar quizá su incapacidad para responder deportivamente a Maxi, nuestro entrenador, que le dió un revolcón táctico. Faltando dos minutos el árbitro dió por finalizado el partido porque el Alcázar se quedó con seis jugadores de campo, cinco expulsados. Es su problema. El de Odelot-Toletum es seguir la misma línea. Es el espíritu naranja.