Es muy probable que en cualquiera de los muchos partidos posibles que se hubieran jugado hoy entre el Horche y el Juvenil A, Liga Preferente, alguno de ellos no hubiésemos ganado, pero si el camino más corto para llevarse los tres puntos es el de jugar mejor que tu rival, los nuestros habrían goleado en todos. El 2-3 final es totalmente engañoso porque del cero a dos en el minuto 25, ambos goles de Bódalo, al cero a tres en el 32 sólo habría que haber mandado al juez de línea que anuló el tercero el manual básico de la reglamentación, ¡balón de línea de fondo hacia atrás y premio!, fuera de juego. Esa anulación evitó el cierre del partido e invitó a los alcarreños a la hazaña, cargando de razones a los que pensamos que, si un jugador se prepara tres días para jugar el fin de semana, los jueces también deberían hacerlo, física y técnicamente, sobre todo, es lo lógico, y así al igual que los futbolistas, serían mejores cada día.
La puesta en escena en el segundo período cambia cuando a los pocos minutos de la reanudación, los verdes acortan distancias en un despiste general de los nuestros. Pablo metió el tercero rápidamente después para alejar dudas y sombras, aunque no impidió que una nueva indecisión atrás, ¿tuya o mía?, o de quién? metiera de nuevo en el partido al equipo local, que, aunque no volvió a inquietar seriamente nuestra portería, nos dejaba el run run ese que suena en los oídos, de que en cualquier jugada tonta podría llegar la sorpresa. Afortunadamente no llegó porque como señalábamos al principio, nuestro Juvenil A despistes aparte, jugó muy bien al fútbol durante muchos minutos, sorteando las dificultades que te ofrece un campo pequeño, unas inclemencias meteorológicas vestidas de aire y sobre todo una bisoñez para cerrar partidos cuando eres muy superior, inocencia que viene dada por la edad de nuestros jóvenes futbolistas, pero que cada día que pasa progresan más, eso sí es indiscutible. Como todo en la vida, día a día, semana a semana, mes a mes, creces porque hay un conocimiento que nos estimula, que nos ayuda a intentar ser mejores, la experiencia. Chavales, no miréis mucho la clasificación, os lo decimos nosotros, queda mucha carretera para el destino final, pero de momento son sólo tres puntos. ¡¡Vamos que nos vamos!!
Del resto de partidos destacaremos una circunstancia anecdótica que nos invita a ser muy optimistas si de la salud de Odelot Toletum hablamos, porque más allá de las victorias y de las derrotas hubo un partido que es de justicia señalar. Si decimos que el Alevín B goleó al Alameda B por 0-9 todos estaremos de acuerdo en que es un resultado contundente e indiscutible, pero en este partido lo bueno, la alegría, la noticia, estuvo en el debut en la categoría alevín de Hugo Prieto, portero, que, siendo benjamín de primer año, tuvo que suplir al primer portero del equipo, Izan, lesionado. Y eso que solo había ido a ver a su hermano Héctor. Portería a cero, ahí lo dejamos.