Cuando Odelot Toletum despliega las alas, se entiende lo de antes y lo de ahora, se comprende el porqué de su existencia. Cuando las repliega, también se distingue. Será difícil volver a ser una Escuela de Fútbol tan fabulosa como la temporada anterior, o la anterior a la anterior, Escuela que no sabemos si será mejor, igual o menor, pero sí capaz de ser diferente, con unos valores reales, dignos y leales, con jugadores que obtienen su premio, mejorando su posición deportiva, fichando por equipos mayores, de primer orden, en busca de la difícil aventura, pero maravillosa, con el objetivo claro de ser futbolistas, con mayúsculas. Es nuestro objetivo, nuestra meta, el poder mejorar como personas a tantos chicos, haciéndoles ser a la vez, mejores deportistas. En ello estamos.
Después de tantos momentos sublimes, goles, pases, paradas, triangulaciones, barullos, florituras, taconazos, cañitos, repliegues, coberturas, y tantos y tantos toques, gritos, lamentos, saltos de alegría, gestos de impotencia, tiros al palo, penaltis ejecutados y fallados, balones rozando la escuadra, combates y batallas, lágrimas y sonrisas, cerramos página, guardando antes todo lo bueno que hemos pasado, bajo el sol, el frío y la lluvia, durante tantos meses, conscientes de haber estado arriba del todo, donde no suelen llegar todos, lugar privilegiado y reservado para pocos.
Desconectamos. Colgamos las botas…por poco tiempo, hasta dentro de unas semanas. Y respiramos aire limpio y puro, llenando pulmones, frescos, para volver a ser, una temporada más, protagonistas. Replegamos y descansamos.
Volveremos….pero no por Navidad, sino mucho antes
