No puede haber reproche alguno de egoísmo o ansiedad en el reencuentro de la Escuela de Fútbol Odelot Toletum con la Liga Nacional Juvenil. Odelot 4-2 Salesianos Guadalajara. El equipo alcarreño expuso muy buenas cosas, nos dominó durante algo más de 20 minutos, los primeros, donde marcó su primer gol, y apareció por nuestra zona defensiva peligrosamente, varias veces. Después del mencionado minuto, se impuso el color naranja al amarillo, y aunque la respuesta al gol recibido tardó en llegar, fue justo premio a un gran trabajo realizado. Moisés en el 44 empataba y enseñaba que el segundo tiempo iba a ser largo, para el rival.
Muy pronto, Óscar Rubio, en una demostración de lo que es un control y remate en una baldosa, nos puso por delante, aunque cuatro minutos después, en un despiste volvían las tablas al marcador. Y a empezar. La contestación de los nuestros no se hizo esperar, fue un grito, de ánimo y complicidad, que duró hasta el pitido final, donde los alcarreños desaparecieron, desarbolados por un juego exquisito, con sus llegadas y ocasiones, que volvió a ejecutar Moisés, detalle técnico y golazo, y que culminó con el cuarto Javi de cabeza, estrategia, que distanció definitivamente a un equipo y a otro en el marcador final.
Buen comienzo, el mejor posible, aunque instruiremos que esto solo es un partido, un estreno, y que antes de ponernos las botellas de oxígeno para bucear, debemos seguir aprendiendo a perfeccionar la natación en la superficie.
No hubo tiempo material para entrenar ni preparar nada, tampoco fue muy necesario. Fuimos CAMPEONES en el Torneo Benjamin de Polán, donde nuestro Benjamin A se impuso 3-1 al Toledo A en la Gran Final.
Sin esconder nada, ni juego ni nombre, Odelot nos llamamos.