Desde una perspectiva general, hay que admitir que el Infantil B jugó mirándose al espejo, gustándose durante muchos minutos, pasando un buen rato y dejando una estela de calidad en muchas de sus acciones. La goleada a la Formación Talavera, 4-1, le sirve para ser primero en la clasificación, aun habiendo jugado un partido menos que su compañero de liderato.
LOS OTROS LÍDERES.
El Juvenil incrementa su distancia, es más líder aún tras golear al Recas, 8-3, y aprovechando el tropiezo de su perseguidor. En la Liga de Villaseca también lidera la clasificación de su grupo el Benjamín A después del festín goleador que se dio, 0-17 ante el Rayo Illescas, ofreciendo también mucho fútbol con pocos centímetros. Allí, en la misma liga, y en otro grupo, el Benjamín C venció 0-3 al Argés A para consolidar también su liderato, manteniendo una línea excelente de competitividad. Otro que no se baja de lo más alto es el Prebenjamin A, que sigue dominando su liga tras ganar a uno de los arriba, 5-2 al Magán.
Las virtudes que ayer lució el Cadete A en Puertollano habrán servido de poco si no tienen continuidad en las próximas batallas. La victoria, 1-2, se fraguó basada en el orden, en el despliegue físico y sobre todo en el sacrificio solidario. El Infantil A se trajo un punto agridulce de allí también, 1-1 ante el mismo rival, Puertollano, pero el resultado no fue suficiente premio visto lo ofrecido por uno y otro equipo.
Llegó la recompensa para el Infantil C en Portillo, 2-3, adquiriendo sus tres primeros puntos que ya merecían, y que les debe servir para ganar autoestima. Importantes fueron asimismo los triunfos del Alevín A ante la Formación Deportiva, 6-2, como la del Alevín B ante el Alevín D, 8-3, en partido intenso.
Terminamos con el triunfo del Benjamín B, ante el Rácing Cabañas, 2-3, conseguida en el último suspiro. Apuntamos que éste equipo respira un aire muy solidario aun siendo tan pequeños, lo han demostrado arropando y buscando constantemente en las celebraciones de los goles a Uge, jugador que debutó ayer, y que se ha levantado y vuelve a sonreír corriendo detrás del balón, después de dos largos años en silla de ruedas. Un “crack”, unos “crakcs”.
