El Infantil B no mereció perder en Camarena, sobre todo porque la mayoría de los goles en contra llegaron a balón parado, y con la ayuda inestimable de la lluvia que a veces hacía que el bote del balón pareciera un ave, tren de alta velocidad, balón que en otras ocasiones se resistía a salir del chapoteo de cualquiera de los muchos charcos donde caía.
En la misma línea, en el mismo lugar, perdió el Cadete B, derrota acentuada mucho más por la bondad defensiva, y por razones no justificadas al no haber nacido en el norte, camino Soria, donde se combaten partidos contra el agua, velocidades y chapoteos, con mucho más músculo. También es verdad que no tuvieron fortuna, pues vimos en muchas ocasiones que cuando el balón iba a estrellarse contra las redes, y ya celebrábamos el gol, aparecía alguna pierna de la nada, visible alguna, invisibles otras. Algún día de estos, cuando empiece la liga, antes de 2013, sabemos que estos tíos sacarán ese músculo norteño, toledano.
Explicar que a veces existe la justicia en fútbol a quienes pierden otro partido habiéndose visto superiores en el balón y el control, daría para una tesis doctoral. El Cadete A claudicó en el resultado, ante el Industria de Albacete, aún teniendo números inmensamente mejores. Sabiendo de la irritación de estos jugadores, sólo nos queda animarles a seguir en la línea de trabajo y dedicación donde hasta ahora habitan. Los frutos existen, y merecidamente, caerán.
Al ser equipo superior, y más por inercia que buen juego, ganó y se embolsó los tres puntos el Infantil A en Albacete, aún regalando generosamente dos goles al rival, adelanto de los Reyes Magos. Este equipo quizá necesite rivales más fuertes para que alguno sepa que el fútbol es un deporte colectivo, solidario, no exento de detalles individuales, regates y fintas, pero más necesitado de paredes, desmarques sin balón y pases fáciles al compañero, un deporte que no es “Yo contra el mundo”, sino “Todos somos”.
El Infantil C no pudo disputar su partido en La Puebla debido a la lluvia, al estado del terreno de juego convertido en laguna, y no disponer aún de porterías reglamentarias de waterpolo.
Volveremos la semana que viene con la actividad normal, la puesta en escena de todos nuestros equipos, y con muchos goles que nos traerán gestos y sonrisas varias.