Fue otro inolvidable y entrañable partido para el recuerdo, e insustancial para la estadística. Bueno para el corazón de emocionarse, malo para el corazón de bombear, ya sabeis que los años no perdonan. La conquista del triunfo no era el objetivo, y desde algún lugar que no conseguimos descubrir, pero que quisiéramos saber, Valentín, nuestro ejemplo, el crack eterno, nos recordaba que lo crucial, lo fundamental, era el abrazo colectivo de los géneros femeninos y masculinos englobados en niños, madres, entrenadores, padres y demás familia. Sonríe desde allí, amigo, hermano, pues hubo abrazo.
Los resultados de estos partidos, serán eternamente intrascendentes, pero su historia permanecerá imborrable. Fue una gran tarde-noche una vez más. De fútbol sin mentiras, puro y duro, ese del que tuvo, retuvo. Fueras de juego no pitados, faltas pasadas por alto, penaltis posibles ignorados y fingidos, pases al hueco, donde no hubo hueco jamás, desmarques, tirones, ayudas, contracturas y coberturas, que no de móviles, aparte, la realidad es que el equipo de Entrenadores fue mejor, superior, en el juego y en el marcador, y ya es una costumbre. El conjunto de Padres tuvo sus opciones, tal vez reaccionó tarde, en el segundo tiempo, cuando tuvo la oportunidad de agarrarse a la mínima esperanza de la remontada, descubriendo la manera de corregir errores de tanto repasarlos, pero ya era tarde, y el partido les vino largo, largo, en minutos y goles a remontar.
Es verdad que los Entrenadores fueron los responsables de que los Padres tuvieran más vida de la prevista, quizá por exceso de comodidades, tal vez por arrebatos de grandeza, que les confundieron para simular su superioridad. Asimismo, justo es reconocer que en algunas jugadas, las de más calidad, los Padres dejaron en ropa interior a los Entrenadores, ofreciendo los suspiros más intensos del partido. En definitiva fue un partido de esos grandes, donde los destellos de calidad taparon los nostálgicos movimientos, dinámicos, perdidos por la inplacable llegada de los cumpleaños.
Pero respetando fechas, costumbres y suspiros, desde aquí os deseamos a todos mucha felicidad, a los nuestros, los de Odelot, y al resto de rivales dignos y respetables, da igual que sea 11 de Agosto, 12 de Febrero, 9 de Marzo, 5 de Julio, y también, cómo no, 25 de Diciembre… fum, fum, fum.
Pues eso, Felices Fiestas a todos.
