Los rayos y los truenos los pusimos nosotros

Vivir la felicidad combinada con el alivio, recibir el premio a la superación, espantando complejos, lanzados y exhibidos en la red, es lo mejor que han conseguido nuestros chicos del Juvenil B, convirtiendo su partido ante el Toledo B en un impulso de distinción y musculatura. Su victoria 4-5 nos demuestra que este equipo tiene corazón y cabeza, orgullo y modestia, y ante eso no hay nada más que objetar y analizar. Víctor Rivera metió dos, Pablo Fernández otros dos, y Nacho el otro. Los que son grandes de niños, cuando crecen son enormes, y estos están desde pequeños con nosotros. No van a ser campeones en la clasificación, pero sí en su compromiso, elegancia y distinguida honestidad. Es otra manera totalmente legítima para reconocerlos como Grandes.

Ambos equipos percibieron durante todo el partido moscardones revoloteando en sus oídos, esa sensación que tienes cuando puedes ganar, y puedes perder. El empate final entre el Tomelloso y nuestro Juvenil A fue razonable, equitativo, justo y frío, acorde con el tiempo, lluvioso, inestable. Los momentos de gol fueron parejos, no obstante las ocasiones más claras fueron para nuestros chicos, que chutaron bien, mejor que el rival, aunque el resultado final 0-0 alegró y disgustó a ambos equipos en la misma medida. Un paso más, un partido menos.

TRIUNFOS GRATIFICANTES

Una tormenta primaveral recibió al gran partido que nos ofreció el Infantil B, una tormenta que por momentos no escupía gotas sino cubos de agua. Mirando al cielo pensábamos que alguien ponía una zancadilla más a estos chicos que siempre tienen que luchar contra la fuerza física de sus adversarios, porque ahora encima el campo era un charco general. Menos mal que los rayos y los truenos lo pusieron nuestros chicos, que terminaron calados de agua y sudor, para noquear, 2-0, a Los Yébenes, con un gol en cada tiempo, de Nicolás y Gonzalo. Tres puntos muy buenos, 0-1, se trajo el Infantil A de Miguelturra, en un partido trabado y disputado, que sólo desatascó en el marcador, Víctor Úbeda, que aparece cuando se le necesita.

El resultado excelente, 1-2, goles de Suárez y Fernando, el juego correcto y práctico, y la actitud y el temple ante tanta provocación, de inteligentes. El Cadete B tuvo que soportar patadas y desafíos amenazadores del Villacañas dentro del terreno de juego, algo que alcanzamos a entender cuando vimos que el entrenador que “okupa” su banquillo basó su táctica y estrategia en insultar intentando intimidar. En Villacañas hay gente mejor preparada, sin ninguna duda. La victoria del Cadete C ante Gálvez fue el resultado de una buena elaboración de partido, que nuestros chicos aprovecharon para quedarse con los tres puntos, tras el gran gol de Zárate, zapatazo a la escuadra, que dejó el 1-0 final en el marcador.